sábado, 28 de abril de 2012

ENTREVISTA BRAVA. Sobre las barras de fútbol en el Perú.



Francesco Bianchi, es un alumno de la Universidad San Ignacio de Loyola, que está haciendo un proyecto de tesis para su carrera de Arte y Diseño Gráfico.  Su proyecto está centrado en la violencia de las barras de fútbol. Por tal motivo me mandó algunas preguntas que deseo compartir con ustedes. Francesco, al final de la investigación tienen que hacer algunas propuestas para la resolución de este fenómeno,  mediante el diseño gráfico. Espero les interese.

1- ¿Por qué se relaciona a las barras bravas con violencia?

No es que se relaciona, es que las barras son violentas en su esencia. Su afirmación de identidad en relación a su rival, se manifiesta en la violencia: Yo soy Yo, porque no soy el Otro. Y si existe el Otro, entonces  debe desaparecer, para ser únicamente Yo el que exista en mi territorio. ¿Y de qué forma? Pues mediante la violencia. Por eso el acto simbólico de robarles las banderas, el nombre que los identifica frente a los demás, es lo máximo para los que la ganan y la peor humillación para los que la pierden. Que un grupo de barra haya obtenido "guerreando" la bandera del grupo rival, y poder humillarla colocándola de cabeza en los estadios, es una muestra de superioridad, y una autoafirmación de bravos, de achorados, de "paradores" frente a los suyos y frente a los rivales. Por algo una frase muy usada por los barristas cuando se refieren a sus rivales es: "Esos no existen".

2- ¿Cuales crees que sean las causas de esta violencia?

Hay muchas, pero todas son consecuencia de la falta de oportunidades, de expectativas de futuro de un grueso sector de la juventud peruana. Aquella que no encaja dentro del llamado "progreso peruano". Pues estos en su mayoría son los que integran los llamados "grupos de barra" que están presentes en los barrios más populosos de Lima, y son los que más protagonizan los hechos de violencia que informan los medios de comunicación. Al estar en nada, los jóvenes buscan un lugar donde poder desenvolverse,  y es en la esquina del barrio, en la pandilla, o el grupo de barra, el lugar donde empiezan una socialización marcada por códigos distintos a los que imparte la familia, y la escuela. Entonces se dejan llevar por una vorágine de violencia que es parte de la manera de operar de estas organizaciones.

Pero ahora vemos, con el caso de Walter Oyarce, que no solo están metidos jóvenes con esas características, sino también personas ya adultas de sectores sociales acomodados y con alta preparación académica. Esto rompe con todos los análisis, sociológicos, antropológicos, psicológicos, etc., que han estudiado este fenómeno, desde mediados de los noventa. ¿Qué explicación podemos darle a esto?  Yo creo que siempre estuvo presente esta característica, pero no fue muy estudiada, porque los protagonistas principales eran los muchachos de barrio, aquellos que salían en los diarios. Los otros estaban más al perfil bajo, porque no tenían esa necesidad de figurar frente a la sociedad. Si no, creo yo, frente a ellos mismos y su círculo de amistades: Mientras los de barrio utilizan la violencia e integran una barra para llamar la atención de una sociedad que los ha excluido; los de barrio residencial se integran a estos grupos, para autoafirmarse de que pueden destacar, y ser considerados, entre "palomillas" de Barrios Altos, San Juan de Lurigancho o La Victoria.

 3- ¿Cuales son las consecuencias de la violencia en las barras?

Las que vemos últimamente en los medios de comunicación, pero hay otra violencia que no se ve y que se pierde porque es del día a día en los lugares más alejados de la Capital. Es que no necesariamente tiene que haber un día de fútbol, para que haya enfrentamientos. Y como nadie lo ve, y nadie se escandaliza, nadie le da la cobertura necesaria, porque en su mayoría las víctimas son jóvenes de bajos recursos, que a nadie le importa, lamentablemente.

4- ¿En qué momento se pasa de pasión a fanatismo?

Cuando comienzas a olvidar de que el futbol es un juego que da revanchas a corto plazo y buscas darte la revancha con recursos que no son, precisamente, los futbolísticos.

5- ¿Cuales son las características de un barrista violento?

Principalmente la Intolerancia total frente a equipos e hinchas rivales. De ahí deviene todo lo demás.

6- ¿Cómo es que se manejan las barras?

Las barras se manejan de muchas formas. La barra de Universitario y de Cristal, tienen elecciones cada año, en se sentido son más democráticas que la de Alianza, pero no necesariamente es el mejor sistema para que sus barras funcionen mejor. En la barra de Alianza es distinto porque se maneja de acuerdo a la unión de fuerzas entre los grupos más pesados. Pero el leiv motiv de todo eso es el manejo de las entradas. Quién posee el poder de  recibir entradas, ese tiene el poder de manejar a la barra como le venga en gana. Para bien o para mal. Entonces se arma la pirámide. Batuteros de barra,  jefes de cono, jefes de grupo barra y la masa de la barra. Esto vendría a ser en el aspecto de la organización. Y dentro de esta organización encontramos a los líderes, los ideólogos y los guerreros, que son los que dinamizan con sus acciones, ideas y  propuestas el transcurrir de la barra.

7- ¿Qué siente un hincha por la camiseta rival?

Bueno, creo que es una pregunta personal y cada uno tiene su idea sobre eso. Personalmente yo siento mucho respeto por la camiseta de los rivales.

8- ¿Cuál sería una manera de erradicar la violencia en las barras?

La violencia siempre va a estar presente, lo que se puede hacer es controlarla o minimizarla. Muchos hablan de Inglaterra y su control sobre los hooligans, pero esos que hablan están mas perdidos, porque la violencia de los hooligans continua, ya no en los estadios, pero sí en otros lugares. Toman únicamente un aspecto y discriminan el resto. En ese sentido en el Perú, se estuvo haciendo un trabajo inteligente desde el 2001. La policía se reunió con nosotros y junto a las demás hinchadas, nos dijeron que no nos iban a imponer nada, sino a escucharnos para ayudar a detener la violencia que no beneficia realmente a nadie. El secreto era evitar que dos hinchadas antagónicas se cruzaran en las calles, y menos en los estadios. Con un par de medidas simples se evitó los enfrentamientos antes, durante y después de los partidos. El siguiente paso era evitar los enfrentamientos en los barrios, donde las peleas son frecuentes y no necesariamente en días de fútbol. Pero cambiaron a los oficiales que tuvieron esta iniciativa y entro uno que había sido instruido solo para cuidar cárceles, y cambio todo. ¿Y cuáles eran sus nuevas medidas? Prohibir las correas, los piercings, los ganchos de pelo para las mujeres. Y su caballito de batalla ¿cuál fue? Pues el empadronamiento, al cual casi ninguno de la barra asistió. Pero él General en mención lo vendía como una gran medida. ¿El resultado? Pues se incrementó la violencia dentro de los estadios, lo que no había sucedido en muchos años.

9- Gracias

A tí.

martes, 10 de abril de 2012

ROCK AND PHOTO. “Hay ambientes que al ojo suenan a rocanrol”. (sobre el libro Un Lugar de Raúl García, el avión)


Mario Vallejo y su Guardia Imperial con el N° 33 de Esquina.

Hoy martes 10 a las 8:00 pm, en La Noche de Barranco se presentará el N° 33 de la revista Esquina, arte y cultura. en donde he publicado el siguiente texto. Espero les guste.

Recuerda que tu revista “Esquina” la puedes encontrar gratis en los siguientes puntos de distribución: Zeta Bookstore, Centro Cultural España, Centro Cultural Británico de Miraflores, Centro Cultural de la PUCP, Fundación Telefónica, ICPNA, Librería Ibero (av. Mariscal Óscar R. Benavides – Ex Diagonal – 500 Miraflores), Librería Contracultura, Librería Crisol del Jockey Plaza (av.Javier Prado Este 4200) y de Plaza San Miguel (Tienda 55 – 56), ADUNI (av. Bolivia 53, cruce con av. Alfonso Ugarte, Breña), Casa de la Literatura Peruana, en el Bar La Noche de Barranco y en Búho Comunicaciones con oficinas en Alcanfores 492, Of. 412 Edificio Thumberbird. Los interesados en adquirir las revistas pueden llamar al 01 – 2018100 – 999356310.

ROCK AND PHOTO. “Hay ambientes que al ojo suenan a rocanrol”.
Por: Martín Roldán Ruiz.
Fotos extraídas del libro Un lugar de Raúl García, el avión.
El glamour, las guitarras, las poses sensuales y malditas, son los temas predominantes en las más célebres fotografías de rock. Imágenes que prolongan la distancia entre las grandes leyendas y los anónimos mortales, que rockeamos desde abajo del escenario. 
Pero, si sabemos que existen escenas alejadas de la parafernalia del showbiz. Que se nutren de las calles, del público, y del músico que parece ser una prolongación del fan, ¿cómo podríamos reflejarlas en imágenes? Para eso conversamos con Raúl García Pereyra, más conocido como el Avión, sobre su libro de fotos Un lugar (Borrador editores 2012). Visión personal  de “nuestro rocanrol” como así declara.
De primera vista las fotos del libro son distintas a las de fotógrafos como Annie Leibovits o Robert Altman, sin la grandiosidad de los rockstars. Porque encontramos toda la sordidez callejera de una movida que se ha autoproducido. Donde el fanático es músico y organizador a la vez. Y el escenario no está muy arriba, para dar a entender que en esta mierda de rock, cualquiera puede hacerla por sí mismo. “Para mí es la verdadera esencia. Horizontal, cercana, íntima y explosiva. Luces espectaculares y el sonido más pro no significan nada si no hay conexión entre los que tocan y los que saltan, si no se pueden ver las caras o si no respiran el mismo aire turbio y viciado”.
GUITARREANDO CON LA LUZ
Los espacios que recorren Un lugar captan esa atmosfera que los guitarreos logran trasmitir al oído. Lo que uno vive en los conciertos pequeños. “Hay ambientes que al ojo suenan a rocanrol. Los ves y te da calor, sientes la bulla. De ahí salen mis fotos más personales. Me siento mejor en espacios así, más cómodo e invisible”, manifiesta el Avión. 
Los difuminados, contraluces, enfoques y desenfoques, nos regresan a las canciones coreadas y a los saltos de euforia en El Averno, el Salón Imperial o en el desaparecido local del Caos. Para tal efecto ha utilizado todos los recursos fotográficos. “Uso el flash para capturar acción, o cuando la luz es escasa. Sobre todo en los pogos”. Sin embargo, no ha desmerecido esa intuición que le indica el momento exacto para disparar: “Yo me dejo llevar por la música, que me pone en frecuencia con los músicos. Cuando la música estalla, estalla el músico y sale el click. Cuando estoy con el público, me dejo llevar por ellos. Así las fotos salen solas. Sin pensarlo mucho es más emotiva y sensorial la cosa”.
ESCUCHANDO FOTOCORE
El Avión llegaría a la movida en 1995 cuando fotografiaba sin mucha expectativa a sus amigos de la banda Los Criollos. Dos años después, Leusemia, usaría sus fotos para ilustrar el disco Moxón. Esto lo impulsaría a registrar todo de la escena. Aunque ya desde adolescente, las imágenes fotocopiadas de los fanzines, las revistas, o los discos de bandas punk que escuchaba, habían influenciado en su forma de ver el mundo. Por eso sus fotos tienen el mismo espíritu que las de Elaine Mayes con Ramones, o Edward Colver con Dead Kennedys y Blag Flag. Más aún con el libro Touch me, I’m sick, de Charles Peterson, donde gráfica la escena grunge. Libro que Raúl califica de “Muy potente”.   
Entre la disyuntiva por plantear Un lugar de manera  documental o más personal, se decidió por lo segundo: “Las imágenes que para mí transmiten mejor la esencia de nuestro rocanrol”. Elección acertada porque además de la esencia, sus fotos captan esa universalidad que tienen los trabajos hechos con honestidad. Y concreta lo que Octavio Paz, escribiera alguna vez: “Ver con los oídos”.