Cuando escribía mi novela Generación cochebomba, una de las alucinadas que tenía era la de figurar, alguna vez, en los textos escolares de literatura, junto a los autores que yo había estudiado en la secundaria. Aún es un sueño que tengo y espero lograrlo. Por lo pronto, esa satisfacción de llegar a los escolares se dio hoy cuando fui invitado al colegio secundario Baden Powell de Los Olivos, para conversar con alumnos del tercer año, que habían leído mi libro de cuentos Este amor no es para cobardes, como parte del Plan Lector de dicho plantel.
La conversación sirvió para aclarar algunas dudas e inquietudes que la lectura de mi libro ha suscitado en esos alumnos. Aspectos de mi adolescencia, aclaraciones sobre las barras, la coyuntura del Perú, etcétera. Pero fundamentalmente fueron las historias de Este amor no es para cobardes, lo que se trató. Y debo confesar que me sentí emocionado de descubrir que los muchachos conocían muy bien cada uno de los cuentos.
¿El Coyote existe de verdad?, ¿El botellazo en uno de los cuentos sucedió?, ¿El robo de los bombos fue como en el cuento Hemos Nacido Superiores?, ¿Cuál es el mensaje que nos quiere brindar?, ¿Por qué tanta violencia?, ¿Pertenece a alguna barra?, ¿Usted, participó en alguna pelea?, ¿Fue difícil escribir el libro? Fueron algunas de las preguntas que me hicieron y a las que respondí gustoso. Sentía su entusiasmo por conocer más allá del libro, y los detalles que no aparecen a simple vista…incluso me preguntaron por la chica a quien dedico el libro.
El promotor de editorial Norma que organizo esta visita, me confesó que no había percibido en otros colegios tal identificación de los alumnos con un libro. Incluso habían elaborado un pequeño periódico mural. Tan interesante fue para mí y para ellos, que pedían me quedara más tiempo hablándoles. A lo que el profesor responsable les dijo: “Ya ven y ustedes que tenían miedo de conocer al autor”. Los alumnos me explicaron que las fotos en Internet dan una imagen mía que los había intimidado, por eso tenían miedo de conocerme, pero ahora saben que soy todo lo contrario.
Agradezco a estos muchachos, que me han hecho pasar un buen momento, hablándoles de mis libros y de lo que me gusta hacer: Escribir. Nunca me olvidaré de este día.
La conversación sirvió para aclarar algunas dudas e inquietudes que la lectura de mi libro ha suscitado en esos alumnos. Aspectos de mi adolescencia, aclaraciones sobre las barras, la coyuntura del Perú, etcétera. Pero fundamentalmente fueron las historias de Este amor no es para cobardes, lo que se trató. Y debo confesar que me sentí emocionado de descubrir que los muchachos conocían muy bien cada uno de los cuentos.
¿El Coyote existe de verdad?, ¿El botellazo en uno de los cuentos sucedió?, ¿El robo de los bombos fue como en el cuento Hemos Nacido Superiores?, ¿Cuál es el mensaje que nos quiere brindar?, ¿Por qué tanta violencia?, ¿Pertenece a alguna barra?, ¿Usted, participó en alguna pelea?, ¿Fue difícil escribir el libro? Fueron algunas de las preguntas que me hicieron y a las que respondí gustoso. Sentía su entusiasmo por conocer más allá del libro, y los detalles que no aparecen a simple vista…incluso me preguntaron por la chica a quien dedico el libro.
El promotor de editorial Norma que organizo esta visita, me confesó que no había percibido en otros colegios tal identificación de los alumnos con un libro. Incluso habían elaborado un pequeño periódico mural. Tan interesante fue para mí y para ellos, que pedían me quedara más tiempo hablándoles. A lo que el profesor responsable les dijo: “Ya ven y ustedes que tenían miedo de conocer al autor”. Los alumnos me explicaron que las fotos en Internet dan una imagen mía que los había intimidado, por eso tenían miedo de conocerme, pero ahora saben que soy todo lo contrario.
Agradezco a estos muchachos, que me han hecho pasar un buen momento, hablándoles de mis libros y de lo que me gusta hacer: Escribir. Nunca me olvidaré de este día.